Como siempre yo queriendo descubrir nuevos lugares, así que cuatro días después de comprar el tiquete estaba en el Aeropuerto el Dorado, en Bogotá con destino La Macarena en el departamento del Meta para recorrer el río de los cinco colores, Caño Cristales. Por problemas en el tráfico aéreo, aunque embarcamos a tiempo, el avión salió con dos horas de retraso. Dos horas dentro de un avión esperando, pero todos muy juiciosos y tranquilos, creo que la mayoría íbamos en «Modo Paseo» y en ese modo es difícil alterarse.

Aproximadamente a la hora de vuelo estábamos llegando a la Macarena, con un soleado y bonito día. Juan mi guía muy juicioso y profesional me estaba esperando en el aeropuerto. Unos días antes de viajar lo había contactado, pues no se puede ir al río sin el acompañamiento de un guía. Claro que no es necesario hacerlo antes, pues en el aeropuerto de La Macarena está la oficina de información y allí se pueden realizar todos los contactos necesarios para desplazarse a conocer Caño Cristales, así como tramitar los permisos de entrada.

Aunque tenía planes para ese día de ir al río de los cinco colores, por la demora del vuelo tomé otra opción y terminé en una quebrada, tomando fotos a aves, relajándome y disfrutando de un refrescante baño. Para ir allí me sumé a otro grupo, ésto con el fin de que los gastos de transporte salieran más económicos. El grupo era bastante agradable y estaba compuesto por colombianos que viajaban juntos, en el cual habían bogotanos, paisas y chocoanos. Una francesa que viajaba sola también se sumó a este grupo.

Ese día, con mis nuevos compañeros de viaje, después de llegar nuevamente al casco urbano de La Macarena, en la noche nos reunimos en un restaurante ubicado en las márgenes del río Guayabero, allí conocí a Alejandra una agradable colombiana que llegó de paseo y le pareció tan lindo el pueblo que terminó quedándose a vivir en el. Era noche de Miércoles y en La Macarena, los Miércoles se vuelven Domingos, pues es el día en que las personas descansan y se reúnen, algunos en la orilla del río Guayabero. Desde el restaurante y con una bonita vista del río pude ver que se practicaban actividades acuáticas, en las que participaban tanto locales como visitantes.

El plato seleccionado por mis compañeros de viaje a la cena fue la famosa Mamona, carne proveniente de terneras que solo se han alimentado de leche materna de ahí el nombre de «Mamona», la cual es asada y servida con papa, yuca y guacamole. Esa noche estuvimos muy a tono con nuestros anfitriones y fue una noche de charla, tejo y cerveza. Eso sí, temprano a dormir al hotel, pues al amanecer nos íbamos al anhelado río.

Los hoteles son pequeños, la mayoría son casas acondicionadas como hoteles, atendidas por sus propios dueños. En el hotel La Cascada donde yo me quedé, estuvo todo muy bien, limpio, acogedor y sus dueños amables. Habían habitaciones con ventilador o con aire acondicionado. Yo escogí una con ventilador y estuvo perfecta.

A las 7 am, habiéndome encontrado ya con mi guía nos fuimos para la oficina de Cormacarena, allí se debe asistir a una charla obligatoria antes de encaminarse hacia el río. La charla es corta e interesante, por ejemplo aprendí que Caño Cristales es un río que nace en la Sierra de la Macarena, en el departamento del Meta y desemboca en el Río Guayabero. Se le ha denominado el río de los cinco colores, pues toma tonalidades que varían entre el rojo, amarillo, azul, verde y negro, otros le dicen el rio de los siete colores, imagino porque se le pueden sumar el naranja y el beige, sus aguas cristalinas permiten observar perfectamente los diferentes tonos. El nombre de «Caño» se le da por que es un río angosto. En su parte más ancha no supera los 20 metros y tiene menos de 100 km de longitud.

Ahora sí, habiendo asistido a la charla, estábamos listos para partir. Así que nos dirigimos al puerto, de allí salimos en lancha por el Río Guayabero, nuevamente con el grupo de colombianos y la francesa. El viaje fue bastante agradable y corto, alrededor de unos 20 min. Llegamos a nuestro punto de desembarco de ahí tomamos un campero que nos acercó unos km y de ahí se debe caminar unos 20 min hasta Caño Cristales; claro, este tiempo varía y depende del ritmo de los turistas.

Desde ese punto hay tres brazos del río para recorrer, generalmente cada día se puede recorrer uno y se regresa por el mismo sendero. El plan era separarnos en ese punto de nuestros nuevos compañeros de viaje e irnos en un grupo pequeño caminando a nuestro ritmo, con el fin de poder conocer más, para ello le habíamos ya avisado al guía. Seducida por conocer más, a nuestro pequeño grupo se nos unió también la francesa.

El río está abierto para el turismo desde Junio a Diciembre, la otra temporada del año está cerrado, aunque si se presentan sequías, puede ser cerrado con anterioridad a estas fechas, siempre informarse primero. La población de La Macarena se puede visitar todo el año, lo que se cierra es el ingreso a Caño Cristales. La seguridad es excelente, toda la zona es militarizada y hay presencia de la fuerza pública en todas partes.

Del río que les puedo contar? Que es maravilloso, que las fotos, hasta la más linda, no le hacen suficiente justicia, es un lugar de ensueño y definitivamente un lugar para regresar. Los colores son deslumbrantes y sus aguas cristalinas invitan a sumergirse en el.

El lecho del río es rocoso, presenta pocetas y rápidos. En otros sitios donde es más ancho se forman piscinas naturales, estos últimos son los lugares permitidos para tomar baños. El color al río se lo da la Macarenia Clavijera, endémica de la Sierra de la Macarena y que es el alga que está en el lecho del río, ésta de acuerdo al sol que recibe toma diferentes colores, en sitios como el denominado Tapete toma un intenso y alucinante color rojo. El alga se ve afectada de acuerdo a las lluvias, si el caudal del río baja las algas quedan expuestas y empiezan a quemarse con el implacable sol, pero solo basta una lluvia fuerte para que Caño Cristales retome su caudal y se engalane aun más de sus lindos colores. Como siempre al ir a estos lugares se debe respetar el entorno, así que no se deben pisar las algas y como siempre digo no dejar nada de lo que se lleve y no traer nada del lugar, bueno excepto unas buenas fotos.

Información puntual para el que desee viajar

Para ir a conocer Caño Cristales o el río de los 5 colores como se le conoce, existen varias rutas desde Bogotá D.C.

Se puede ir por vía terrestre desde Bogotá a La Macarena, el cual es un viaje de muchas horas y por una carretera que en ciertos tramos no estará en las mejores condiciones.

Vía terrestre desde Bogotá hasta Villavicencio, la capital del Meta y de allí tomar una avioneta hasta el aeropuerto de La Macarena

Avión directo Bogotá-La Macarena, vía Satena.

Yo les aconsejo cualquiera de las dos últimas opciones.

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Buenos Viajes Viajer@s

Buscando delfines rosados en el Meta
Raudales en la Sierra de la Macarena

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